lunes, 1 de junio de 2009

¡Qué iluso!

Recuerdo en aquellos primeros años que se hablaba de la derecha y de la izquierda, y que unos ilusos, como yo, pensábamos que eso estaba reservado, lo primero, al régimen franquista y lo segundo a unos señores y señoras que estaban en el exilio (Carrillo, La Pasionaria, Marcelino Camacho, un tal Suresnes, que al final resultó ser un Congreso en el exilio celebrado por el PSOE, etc), pero que a nosotros aquello nos tocaba menos que el primo de un amigo del hermano del marido de mi tía.
Aquellos ignorantes, entre los que me cuento, creíamos que el tener trabajo, médico, poder vivir tranquilo, en fin, esas cosas que te hacen creer ser libre, no era ni de derechas ni de izquierdas, simplemente eran algo justo y natural.
Con el devenir de los años parece que todo se reducido a que eres de izquierda o en su defecto de derechas. No se puede no ser. O sí o sí. Hay que elegir: de derechas o de izquierdas, monárquico o republicano, independentista o nacionalista, demócrata o antidemócrata y muchas otras lindeces que no vienen al caso.
Yo quiero reivindicar el derecho a no ser, porque para mí, que he perdido la fe en muchas cosas, vivir en paz, no joder a los demás, tener trabajo, poder educar a mis hijos y respetar a los demás, entre otras muchas cosas, no es de derechas ni de izquierdas, no es de republicano ni de monárquico, no es de nacionalista ni de independentista, es simplemente cuestión de justicia y de humanidad.
Por último no quiero terminar sin citar las palabras de un compañero que trabajaba en la oficina de protocolo del Alcalde y que tras las elecciones, cuando le preguntabas quién había ganado, su respuesta era la siguiente: "Pensábamos que habíamos ganado los de derecha y hemos ganado los de izquierda".

1 comentario:

  1. Me gustaría que esta entrada fuese un homenaje a un compañero "Antonio Lecarot"

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